miércoles, 26 de octubre de 2011

CINE: Sin pulso


Técnicos, actores y extras 
participaron ad honórem en “Sin pulso”.
Sin pulso estrena el lunes 31 de octubre a las 21:15hs. en la sala 8 y 1/2 de los cines Gran Rex (Gral. Paz 174).








En plena noche de brujas, su llegada no puede ser más oportuna. El cine de género local da hoy un importantísimo paso (de zombi) con el estreno de Sin pulso, el corto de Muchas Manos Films que resitúa la tradición cinematográfica de George A. Romero en las calles de Unquillo. Un trabajo a pulmón amparado en el amor por el cine de acción y aventuras, pasión fantástica divergente al cine de autor que crece con festivales porteños como Rojo sangre, donde Sin pulso se proyectó el sábado, y por el que otros años también pasaron producciones locales como  Rigor Mortis de Marco Caorlin y Matilde y Malena de Víctor Curay Fernández.

Para Matías Carrizo, productor de Sin pulso y director del corto de terror  Sola en la noche (sobre “una chica que está mal de la cabeza y empieza a darse cuenta que alguien la sigue”), el motor del filme yace en la diversión y en la apuesta por un cine de género 100 por ciento cordobés.  Además, y aunque sus decenas de zombis rabiosos no lo sugieran, lo que reivindica el corto de Muchas Manos no es tanto el temor como la amistad: “El protagonista tiene a sus cuatro amigos convertidos, y lo que él quiere es evitar que la policía anti-zombi los mate. La cuestión no pasa por la huida, como en la mayoría de los filmes del rubro”, explica Carrizo.
Muchas Manos Films funciona como una cooperativa de realizadores entre los que se cuentan el mismo Carrizo y Gino Marcellino, director unquillense de Sin pulso. Bajo la consigna de hacer cine “en Cordoba, para Córdoba y desde Córdoba”, la productora ya lleva varios cortos concretados, entre ellos  El bar donde Boris pierde el tiempo, acerca de un personaje atrapado en un vértice temporal, y Celeste, en el que unos niños descubren la existencia de una sirena.
Hasta ahora, Sin pulso supone la apuesta más grande de Muchas Manos, en la que todos, ya sea extras, técnicos o actores participaronad honorem, por mero “amor al arte”. Humildad presupuestaria que también influyó en la factura artesanal de los efectos especiales, como esas singulares tripas armadas a partir de pan mojado en jalea. Inspirado más en la paródica Shaun of the dead de Edgar Wright que en una película “de terror” (y de allí que el corto se abra a todo público), Sin pulso busca trazar un surco local divergente al del cine autoral: “El cine ‘de autor’ es una frase inventada, toda película es válida y todo director pone su firma en su película, sea del género que sea”, esgrime Carrizo, y remata: “Dicen que las películas de género son todas parecidas y para mí es al revés; los filmes de autor son iguales, ahí nunca pasa nada”.



Los efectos especiales, la sangre y las tripas
(hechas con pan mojado en jalea)
fueron realizados de manera artesanal.
Masacre serrana
Quien también suscribe a la temática zombi a nivel local es Marco Caorlin y su Demencia Producciones, que se completa con los camarógrafos Francisco Funes y Javier Langer. De esa sociedad triangular nació la saga Rigor mortis protagonizada única y exclusivamente por Tony Burns, (anti) héroe que se desplaza por parajes inhóspitos volteando zombis a golpes de bate.
Hasta ahora una trilogía de cortos que pueden verse en YouTube,Rigor mortis suma de a poco seguidores habiendo transitado ya dos veces por Rojo sangre, el festival de cine de terror que se celebra anualmente en Buenos Aires. “La idea era fusionar los zombis con el género de superhéroes y aventuras”, detalla Caorlin, y continúa: “Tony Burns está basado en una mezcla de He-Man y Conan; el actor es un amigo, Pablo Arévalo. Él se animó la primera vez y ya quedó como ese héroe grandote en musculosa con anteojos de sol, que anda siempre con un bate”.
Los terrenos sobre los que se desplaza el corpulento Burns se encuentran apartados del bullicio, en un contexto más “periférico” que urbano. Caorlin: “Al primer corto lo filmamos en la Costanera, en la casa de la abuela de Javier, que está en venta hace mucho tiempo y es gigante. Tiene escaleras, ascensor, todo. Al segundo,  La horda, lo hicimos en el ala, en el camino a Alta Gracia. Y a la tercera parte, Un encuentro, la realizamos en el Pan de Azúcar”.
En cuanto a referentes,  Caorlin aventura: “En Córdoba hay muy poco, está  La liga de los imperfectos (de Nicolás Di Mattia), un corto de superhéroes muy bien hecho. Y es imposible no mencionar a Farsa Producciones de Bs. As.; el que dice que nunca vio  Plaga zombie, miente”.


Oscuro interior
Entre las derivas hacía un terror local más abstracto, pueden citarse los casos del perturbador cortometraje vudú  Oreja de negro de Pablo Soto (Criollita Films) y el largo Matilde y Malena del limeño Victor Curay Fernández, quien concibió su opera prima (ahora distribuida en DVD por Video Flims) mientras estudiaba cine en Córdoba. Radicado hace un tiempo en Buenos Aires y mientras prepara su nuevo proyecto Sex monster, Curay prueba definir a M y M: “El filme es antes que todo un melodrama, más oscuro que terrorífico, aunque da algo de miedo”.
En él, dos chicas comparten un interior repleto de insectos y luminosidades trasnochadas. “Escribí el guión cuando iba al secundario, a un curso que eran casi todas mujeres. Ahí me di cuenta de que entre ellas había muchísima envidia, estaba la chica que le iba bien y tenía sexo y a la que siempre le iba mal”, cuenta el director, que filmó la película en su departamento de entonces. “Más allá de las limitaciones económicas, quería crear un aire onírico y cercano al insomnio, de ahí tantas escenas de noche, en ese momento todo se ve distinto, raro”, cierra.

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