miércoles, 23 de noviembre de 2011

Miedo seguro

¿Hay una fórmula para el terror? La saga cinematográfica "Actividad paranormal" y la serie televisiva "American horror story" aplican con éxito distintas recetas para ofrecer lo que más se busca: emociones fuertes. Tráilers.

Hay quienes sostienen que cada década el diccionario del terror se escribe de nuevo desde el principio. ¿Quién sabe? Lo curioso es que los dos productos más relevantes del género llevan títulos que empiezan con A: Actividad paranormal y American horror story. Sin embargo, es posible encontrar la misma cantidad de coincidencias que de diferencias entre la saga cinematográfica y la serie televisiva.
Las historias de sus creadores, por ejemplo, son completamente distintas. Uno era un programador desconocido y el otro un productor estrella. Aunque hoy sería difícil distinguir entre ambas cuentas bancarias.
Oren Peli lo conocía sólo su familia cuando se estrenó Actividad paranormal en el festival Screamfest de 2007. Nacido en Israel en 1971, vivía en Estados Unidos desde los 19, y se dedicaba a programar videojuegos. Estaba a varios ceros de ser millonario, pero no pasaba hambre. La prueba: se compró una casa en un barrio residencial de Los Ángeles justo antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. Los ruiditos de esa casa le cambiarían la vida.

Ryan Murphy, en cambio, era uno de los productores y directores televisivos más famosos de los Estados Unidos cuando el canal FX lanzó American horror story, en octubre de 2011. En su medallero, brillan dos series del alto impacto global: la fría y morbosa Nip/tuck, que explora el mundo de la cirugía estética, y la aclamada y multipremiada Glee, que revive la comedia musical en clave adolescente. No necesitaba dar el gran salto. Necesitaba mantenerse en el aire.
Un rápido vistazo al contenido y al formato de ambas producciones basta para apreciar otro buen número de coincidencias y diferencias. Si bien las dos apelaron a una publicidad previa enigmática (un clásico desde el impacto de El proyecto de la bruja Blair), enActividad paranormal se emplean pocos actores y todos desconocidos, en tanto que American horror story cuenta con figuras de primer orden como Jessica Lange y Dylan McDermontt.
Actividad paranormal ya va por la tercera entrega, pero en vez avanzar, cada película retrocede en el tiempo; la última, estrenada hace cuatro semanas y aún en cartel, transcurre en 1988. Cuenta la historia de dos hermanas asediadas por una entidad maligna. El demonio no se ve nunca, pero sus manifestaciones (una puerta que se abre, un luz que titila o un mueble que se rompe) son captadas por cámaras caseras.
American horror story se estrenó en la Argentina el lunes, aunque en los Estados Unidos ya va por el sexto capítulo, y todos pueden verse subtitulados en el sitio de Cuevana. Una familia en problemas compra una mansión en Los Ángeles para tratar de recomponerse, pero la casa tiene un largo historial de muertes sangrientas, y tanto el padre adúltero, la madre perturbada por un aborto involuntario y la hija adolescente autodestructiva tendrán que lidiar con una galería de monstruos, fantasmas y dementes.
Distintos tiempos
¿Será sólo un detalle genético que, pese a haber nacido en 1965, Murphy luzca más joven que Peli en las fotos? ¿O será el efecto de vivir en una época en que hacer series es mucho más cool que hacer películas? La conjetura sirve para señalar el desfasaje que existe entre los tiempos internos del cine y la televisión.
Mientras el cine vivió su gran período autorreferencial en la década de 1990, con películas como Scream o Sé lo que hicieron el verano pasado (para limitarse al género del terror), la TV está experimentando ahora una especie de explosión de autoestima. Un medio se vuelve autorreferencial no sólo cuando es consciente de sí mismo, de su pasado, sus tradiciones, sus herramientas y sus recursos, sino cuando exhibe esa conciencia y la comparte con su público.
La pregunta es ¿cómo impacta ese fenómeno en los contenidos? La respuesta: vean Actividad paranormal 12 y 3 y American horror story y se darán cuenta sin esfuerzo. Sus estéticas son diametralmente opuestas, por más que sus argumentos se asienten sobre un fondo de mitología popular común: las casas embrujadas, los fantasmas, la familia maldita, los traumas perennes, etcétera.
Actividad paranormal es extremadamente económica, simula ser una grabación casera, todo el arte de los directores (Oren Peli, Tod Williams, Henry Joost y Ariel Schulman) consiste en ocultar su arte, los cientos de horas de edición que hay detrás de cada toma aparentemente desprolija o impersonal. Recién en esta tercera parte, para hacer más verídico el relato, se supone que las filmadoras pertenecen a un profesional videasta. Aquí la cámara trabaja en un doble sentido: tiene una función documental y una función dramática. Sin embargo, el mal no es tecnológico como en La llamada, se remonta a un horizonte de misterio fuera del alcance de cualquier máquina de visión.
American horror story, como su título lo sugiere, es una especie de museo del terror de la historia de los Estados Unidos. Los horrores se muestran, no con la monótona lentitud de una cámara casera, sino a la velocidad del videoclip y con un virtuosismo acorde a las posibilidades que hoy ofrece la tecnología digital. Murphy es un artista de la saturación, barroco, intenso, melodramático e hipervisual. Sabe de lo que se trata el espectáculo y explota ese conocimiento con el cinismo de un genio. Además cuenta con la ventaja de que casi nadie compite contra él en materia de terror en la TV.
Cada minuto de la serie es una película en sí misma: plantea una situación espantosa y la resuelve en la escena siguiente, sin tomar aire, siempre más rápido que la expectativa del televidente. Así la idea de suspenso (que implica demorar la resolución de un misterio) es reemplazada por el concepto más efectista de generar ansiedad mediante sobredosis de impactos emocionales.
En Internet, se pueden encontrar varias recetas para hacer una película de terror. En Actividad paranormal se aplica una sola y se la multiplica por tres. En American horror story se aplican todas y se las multiplica por un número infinito. La buena noticia es que no necesariamente hay que elegir entre una y otra.
American horror story. La serie creada por Ryan Murphy y Brad Falchuk se estrenó en los Estados Unidos el 5 de octubre de este año. Obtuvo buena repercusión de crítica: 61 puntos en Metacritic y 8,5, entre los usuarios de imdb.com. Los episodios duran una hora. En el elenco, figura la extraordinaria Jessica Lange. Se emite todos los martes a las 23 en Fox.
Actividad paranormal. Desde el estreno internacional de la primera parte de la saga, que recién se produjo a fines de 2009, se calcula que recaudó más 500 millones de dólares, según datos extraídos deimdb.com. La inversión de la primera fueron sólo 15 mil dólares; la segunda costó tres millones y la tercera, cinco millones. Difícilmente exista en el mundo una inversión más rentable que una película de terror.

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